Vuelvo a mi experimento sin demasiada consistencia. Experimentar y no tener consistencia han sido dos antorchas en mi vida, que me han llevado a extraños caminos...
En una de mis otras vidas, quizás la segunda de mi vida adulta (ésta me suena a la tercera... qué lo parió), estuve inmersa en el país de la educación y sus alrededores. Allí se hablaba de la "reflexión sobre la práctica", que los docentes debían tener. Más allá de la verborragia aplicada a la educación, y de un léxico que se transmite en los profesorados y magisterios absolutamente vacío de contenido y formando los terribles nuevos docentes del futuro (honrosas excepciones nos refutan a veces, graciadió no todo está perdido) está bueno eso de reflexionar sobre la práctica... de pensar sobre lo que se hace... quizás mantenga de aquella intención, la tibia idea de volver sobre aquello, sin dejar de ser esto nuevo...
Me había dado mucha risa (2 de mayo) cuando ví la versión tercermundista del gatito. Lo guardé pero no lo subí porque irrumpió mi superyo increpándome con un "yo me río de cada pelotudez"...
6 comentarios:
Buenísimo, el primero y el segundo. Porque no todos somos iguales. Maravilloso para enseñantes.
jojoj, gracias,fui feliz por un minuto...la cara del otro gato como diciendo "para que queres que haga eso" es buenisima jojoj
Igual el segundo gatito era un rebelde, María Jesús. Yo creo que no le interesó mucho la gracia del primero y se quedó esperando a que su "docente" se dejara de joder para irse.
De nada, Pichi.... Pobrecito el "rubio", viste? estaba con carita como de "vas a estar mucho tiempo más con esta boludez?
Aguante el gato rebelde! La docilidad duerme el cerebro de los docentes! A ver, reflexioná sobre la práctica, buscá por dónde y qué...
Un abrazo
Lloré de la risa.Me mata la cara del gatito rubio
qué suerte que otros lloraran de risa como yo, no me siento tan salame, con todo el respeto que se merecen... eh?
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