Está hecha con mucho corazón, dice el amigo Marce.
Signos de una época, de una edad. El hoy fugaz, sus antes y después. Estos días, estas gentes, aquellos mundos posibles.
30 enero 2011
15 enero 2011
Los blogs y sus crisis
Los de toda la gente que leo, que leí y dejé de leer, que leí y seguiré leyendo, que leo cada tanto y de la que me nutro, de la que me regocija enseñándome nuevas cosas: músicas, sensaciones, teorías, paisajes, fútbol o nombres; aquellos que me llegan a las entrañas de golpe (como si recibiera un cachetazo inesperado y seco) con una poesía pese a que siempre digo que el género, a mí, viste....
Los de la gente que se enoja bien y le gusta pelear, y me hacen pensar "mierda con esta mina", porque frecuentemente son más las minas las más temibles y me encantan.
De los apasionados, que pueden decirse y contradecirse, como la vida misma.
De los que me hacen reir sola a las carcajadas. De los que me mostró Rochi y terminé guardando en favoritos, de los políticos en serio o en joda, o de los que pretenden ser serios y me hacen reír todavía más.
De los que casi me enamoraron, de aquellos que fueron una revelación, les puse todas las fichas y nunca pasaron del segundo post.
De los que por vía tecnológica me hacen sentir perfumes, sabores, aspirarme la naturaleza a través de la laptop. De los amigos que un día, sin decir nada, dejaron de escribir. De los que dijeron que iban a dejar y no dejaron, porque no pudieron.
De éste que también, como la vida misma, va teniendo sus crisis.
Los de la gente que se enoja bien y le gusta pelear, y me hacen pensar "mierda con esta mina", porque frecuentemente son más las minas las más temibles y me encantan.
De los apasionados, que pueden decirse y contradecirse, como la vida misma.
De los que me hacen reir sola a las carcajadas. De los que me mostró Rochi y terminé guardando en favoritos, de los políticos en serio o en joda, o de los que pretenden ser serios y me hacen reír todavía más.
De los que casi me enamoraron, de aquellos que fueron una revelación, les puse todas las fichas y nunca pasaron del segundo post.
De los que por vía tecnológica me hacen sentir perfumes, sabores, aspirarme la naturaleza a través de la laptop. De los amigos que un día, sin decir nada, dejaron de escribir. De los que dijeron que iban a dejar y no dejaron, porque no pudieron.
De éste que también, como la vida misma, va teniendo sus crisis.
Etiquetas:
Mios
05 enero 2011
Ví pasar
cosas que antes no había visto:
a través de una persiana los pies de Rocío y a Clarita caminando entre ellos,
muchos años en pocos días,
ví pasar y quedarse amigos para dar una mano, para preguntar qué hace falta, para sugerir dónde habrá que poner una parrilla.
A Matilda, furtivamente, porque decidió vivir unos días en la clandestinidad,
al mundo real al lado mío, mientras transcurro en una especie de dimensión desconocida.
Libros, recetas de cocina, llaves de extrañas puertas de una casa que fue de otros lectores, otros cocineros y otros centinelas. Dos universos paralelos en antitética lucha por dominar(se) o persistir en el eclecticismo para siempre, como siempre. Infancias de otra, rastros de años de otrora, pequeñas almitas que persisten neciamente en los ambientes, hasta que pronto dejarán de sorprenderme, hasta que se integrarán al nuevo hábitat o morirán con la frente en alto deshaciéndose en el aire.
Cada cosa ví pasar estos días.
a través de una persiana los pies de Rocío y a Clarita caminando entre ellos,
muchos años en pocos días,
ví pasar y quedarse amigos para dar una mano, para preguntar qué hace falta, para sugerir dónde habrá que poner una parrilla.
A Matilda, furtivamente, porque decidió vivir unos días en la clandestinidad,
al mundo real al lado mío, mientras transcurro en una especie de dimensión desconocida.
Libros, recetas de cocina, llaves de extrañas puertas de una casa que fue de otros lectores, otros cocineros y otros centinelas. Dos universos paralelos en antitética lucha por dominar(se) o persistir en el eclecticismo para siempre, como siempre. Infancias de otra, rastros de años de otrora, pequeñas almitas que persisten neciamente en los ambientes, hasta que pronto dejarán de sorprenderme, hasta que se integrarán al nuevo hábitat o morirán con la frente en alto deshaciéndose en el aire.
Cada cosa ví pasar estos días.
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