07 julio 2009

Batallas perdidas

Yo no sé por qué hacemos esto los argentinos, decía la señora, exaltada. Que qué tenemos que meternos en asuntos ajenos, que cada uno haga lo que mejor le parece, o cómo es esto. Acá tenemos problemas muchísimo más importantes, casi gritaba. Qué tenemos que andar mirando para afuera, o miren si cuando pasó lo de De la Rúa venían de afuera a pedirnos explicaciones, qué les importa a ellos, que los hondureños resuelvan sus propios problemas, si no quieren al presidente están en su derecho de echarlo.

Qué sabés quiénes están enfermos de la gente que se sube con vos al colectivo, ¿eh? yo creo que sí hay que usar barbijo, justamente para cuidarse de los demás, entonces que se dejen de decir que no usemos babrijo, porque una se cuida, ¿pero qué sabe una lo que le pasa al de al lado? Capaz que tose o respira fuerte, se indignaba otra señora.

¿No será tiempo de inventar la forma "apología del cretinismo"?

01 julio 2009

Irregularidades

Suerte que ya odiaba las simetrías cuando me di cuenta de que las cosas en la vida no son parejas. Que no es que te saca por un lado y te da por otro, o que todo vuelve (nada vuelve, todo siempre va para cualquier lado) o que desafortunado en el juego o al mal tiempo.
Así no busco causalidades donde sólo hay azares, no desperdicio instantes en pensar cuánto dí o cuán egoísta fui para merecer algo que ahora ostento o sufro, aunque parte de lo que tenga o carezca, lo merezco.

Menos mal que aborrecía las definiciones y pude estar tranquilamente desprevenida contra fundamentalismos, determinismos, basismos, sexismos, ortodoxias, convencionalismos y no desperdiciar tiempos vanos. Peleas inútiles, broncas evitables, desamores profundos. La oscilación entre el compromiso y el desentendimiento, la elección cruda y con sacrificios. Lo mío habrá de ser el gris, lo ambiguo. Y quizás deba sentirlo (disculparme, digo). El disfrute, extrañamente, se me hace en gama de grises.

Qué bueno que el mandato es mínimo y un poco edonista, hasta donde se pueda porque está la enana y las putas cosas de la vida y cierto deber ser, escaso él pero prepotente y tirano, aunque no tanto como para no suprimirlo un poquito, ni dejar de ser conciente de los límites que por imperio social y cultural preexisten. Pero qué más da.

Imposible pensar que lo inmediato es lo único existente porque en el diccionario está la palabra trascendente, y otras tantas palabras parecidas que no estarían si no quisieran aludir a algo existente. Antes y después que nosotros y nuestras circunstancias está la palabra trascendente en el diccionario y en otros lugares del mundo y de las vidas. Y está la palabra inmediato, también, que a veces puede ser leve y a veces no, que tiene peor prensa pero está acá y es la certeza.

Nuestros años nos transcurren entre asimetrías, indefiniciones, grises e inmediateces. Habrá que acostumbrarse, que lo parió.