31 mayo 2010

Tiempo de blogs II

Del amigo Javi
Y recomiendo ésta, también.

¡¡¡Cómo estamos muchachos!!!

25 mayo 2010

De la gente y sus banderas

A menos que nuestros viejos fueran muy futboleros o exageradamente nacionalistas, o nos tocara acercarnos a la edad de la comprensión de las cosas en momentos "históricos" (de tan distinta naturaleza como una guerra o un memorable campeonato de fútbol),  las banderas en estas épocas llegan a nuestra vida despacio, naturalmente, como parte de un mundo social prestablecido, heredado, que viene ya con su adorno identificatorio que será el que se lleve a lo largo de la vida con orgullo o pesar, pero mayormente como parte de uno.
Una bandera nos identifica como parte de un grupo, en primer lugar. Y en segundo, no cualquier grupo tiene bandera: banderas que trascienden la coyuntura (la de la promo '82 no le importa mucho a nadie) tiene el país, el equipo de fútbol, algún partido político. No las mujeres, los pobres, los rockeros o los discapacitados -aunque sí algunos íconos-, lo cual habla de alguna particularidad del uso de la bandera, quizás vinculada con determinada "institucionalización" (con perdón) o legitimación del grupo social que la sostiene y/o su reconocimiento social, qué se yo.
La madre de todas las banderas es, lejos, la bandera nacional, si hasta una piensa si no debiera poner Bandera Nacional, inducida por el Ser Nacional de estos días y la proclividad que tenemos los argentinos a poner todo con mayúsculas.
La nacional es la bandera más pesada que heredamos, nos guste o no nos guste. De todos los sinónimos o significados de la palabra nación el que más pareciera encajar con bandera es patria. Quizás porque vengo de una generación en la que ambas eran una y eran de los otros, bandera y patria fueron constituyéndose como palabras ajenas. La bandera se la respeta. Aquella bandera era la que "venía" con los símbolos patrios, el himno, la escarapela. Quizás porque recordábamos que, tristemente, inundaba las calles cuando el mundial del '78 y la guerra de Malvinas y en general estaba acompañada del predicado flamea orgullosa.
No fue otra, creo recordar, la que sacaron los adeptos del movimiento campero y que colocaron gloriosa sobre las 4 x 4. Eso sí era flamear, carajo.

  • "Mi papá la quemó, la bandera", contaba Morena con sus cuatro añitos a mi vecina Tita. Recuerdo que escuché decir que a una bandera no se la lava ni se la plancha, y váyase a saber qué cosas piensa la gente de las banderas, que éste, el papá de More, la quemó. Tuvo durante años la bandera argentina puesta en la terraza, hasta que el clima y el paso del tiempo -ignorantes de la obligación de respeto por los símbolos patrios- la destruyeron. La quemó y yo me pregunté: ¿no iba presa la gente por quemar banderas? 

Mi vecina Tita puso una bandera y Esther le regaló otra. Así estamos, estos días.


Así de irritante me resultaban las que Radio 10 repartía en las fechas patrias a los automovilistas.
Esas banderas -nunca trapos o telones- eran, se decía, las banderas de la patria.

[Quizás porque los colores sean los mismos y entonces se confunda, o porque extrañamente mi televisor perdió el color y me confunda yo, a primera vista pareciera que todos quienes llevan la bandera quisieran lo mismo, pensaran lo mismo, porque claro, llevan los mismos colores (pero en los ochenta, en la izquierda, se discutía que había que disputarle los íconos a la derecha, los símbolos nacionales, la palabra "patria". La trágica experiencia del Movimiento Todos por la Patria, y la propia devastación de la izquierda terminaron por sepultar esa intención), sin embargo los "banderazos", suelen tener motivaciones, significaciones y apropiaciones diversas. Es una especie de paradoja que se diga como un elogio "no se veía ninguna bandera partidaria, sólo la celeste y blanca", si pensamos que después de todo embanderarse quiere decir tomar partido por algo. La bandera es entonces una mezcla confusa de sentimientos].

  • "Cuando yo era pendejo no entendía cómo había gente en la calle que caminaba con una escarapela, ¡si ellos eran adultos, a ellos nadie los obligaba a usarla!", contaba Joni el otro día.

A la bandera nos la encajan como nos encajaban la escarapela en el primario o nos ponían sanciones por no llevarla en el secundario. Nos obligan a compartirla con el garca de mi vecino o el milico genocida, nos hacen creer que un sentimiento común nos hermana a todos y cada uno de los pobladores de estas tierras, por más que seamos tratados distinto, tengamos distintos derechos y obligaciones, o enarbolemos, orgullosos otras banderas. La Nación requiere que todos nos identifiquemos con sus íconos.

  • El libro de primer grado mostraba una foto que había que describir: el seleccionado argentino, con su camiseta celeste y blanca festejando un gol en un mundial. La enana escribió prolijita sobre la línea punteada, convencida y orgullosa: "gol de rasin".

Es inevitable asociar la bandera con cierto sentimiento chauvinista (cuál otra connotación tendría si no el término "argentinazo" como si eso quisiera decir algo), y por eso a veces de una familiaridad algo fascistoide, me disculpen los legítimamente nacionalistas. En los actos del festejo del bicentenario, el recuerdo de Malvinas traía su inevitable "y ya lo vé, y ya lo vé, el que no salta es un inglés" con su carga de nacionalismo actualizada por los acontecimientos recientes. Pero la incomodidad daba paso rápidamente a la era del advenimiento de la democracia: "la vuelta a la democracia está signada por murgas, porque es la alegría contra  el oscurantismo de la dictadura. Una murga que también incluye travestis", vociferaba la locutora, notoriamente conmovida. Lanata estaba preocupado por la propaganda política.
Quizás favorecidos por la connotación de cumpleaños, quizás por la calidad de los festejos, seguramente por la amplia convocatoria (quizás la más amplia de esta época) y su respuesta, (además de por prepotencia de los números), las manifestaciones adquieren un carácter más plural, más "laico" si cupiera el término, y la alegría, después de mucho tiempo, pareciera ser de la gente.
Después de mucho tiempo (el 2001 puede ser el contraejemplo) el país se llenó de banderas .
Insospechada yo de ser oficialista (habría que preguntarle a la enana), pienso que este gobierno aprovechó de la mejor manera la fiesta del bicentenario. Cristina bailó casi desbocada y los funcionarios y delegados y presidentes de otro países trataron de no hacer demasiado el ridículo, aplaudiendo entusiastamente. El relato histórico de la refundación estaba teniendo lugar.
Por esta noche, el país fue una fiesta de todos.

Otras banderas llevamos y esas las elegimos por voluntad propia, más o menos condicionados por nuestras circunstancias, pero eligiendo al fin. No podría sostener por qué me hice de River, sí de izquierda.  Otras fueron tejidas por imperio de la historia. Las Madres de Plaza de Mayo -hoy íconos centrales de la refundación de la nación en la construcción del relato histórico- siguen cargando su pregunta eterna y levantan esa inmensa bandera, levantado a la vez las banderas de sus hijos. Entran y salen -deben salir- del relato histórico oficial, porque la pregunta es prepotente, persistente. Si no fuera, nada quedaría por hacer.



Estos días mi barrio, renegando quizás de tanto festejo nacional, se tiñó como mi televisor de blanco y negro y festejó en paralelo otra fiesta. Floresta, Monte Castro, Villa Real o estos barrios olvidados de Dios (que será porteño pero atiende en Congreso), festejaron también la fiesta del Albo. No sé nada de fútbol pero fui de All Boys por orgullo de barrio. Sentirse parte de la fiesta no estuvo nada mal.


19 mayo 2010

Tiempo de blogs (bis)

Del amigo Horacio.

Un tablerito

En tren de recuperar, el 4 de mayo escribía esto, que dejé porque me pareció una huevada, además de que no sabía bien adónde iba. Pensaba en gentes que conozco, que se nos cruzan. Gentes que tienen algunas características comunes, y que se trata más de una cuestión de medios que de fines, digamos  de una forma de hacer las cosas, más allá del objetivo que se persiga . 
Pensaba en el poema de Borges de más abajo y lo poco que somos, puestos en contexto.


De las categorizaciones de las gentes que hacemos en la inrigurosa sociología de mercadito, toda una ciencia del canyengue, hay una categoría, la que denominamos jugadores de ajedrez, que conforman un grupo bien delimitado (nota: la rama de la sociología de mercadito que estudia las conductas sociales es la psicología social de mercadito, y este intento debiera encuadrarse en esa disciplina. Dado que la misma aún no ha sido debidamente desarrollada, será la propia sociología de mercadito la que se ocupe de comprender por ejemplo por qué catzo Tita mi vecina es tan jodidamente reaccionaria, si porque escucha a Longobardi o por la cultura machista, por clase social o por crianza, o por cuántas otras variables y sus combinaciones).
Jugador de ajedrez es una categoría que combina un carácter astuto, audaz y premeditado, con un escenario que él mismo intenta transformar a medida que los acontecimientos se desenvuelven.
Es un jugador de ajedrez quien sabe inclinar la cancha para que las cosas salgan a su favor, es aquél que intenta (no que siempre lo logre) caer de pie, o se sobrepone, o es capaz de esperar para lanzar la estocada. Es el que suele acomodarse mejor, el que sabe en qué momento de la fiesta hay que llegar, el que sabe controlar los silencios. Puede ser jodido o no, bien o malintencionado, auténtico o hipócrita, valiente o cobarde. Los hay de izquierdas y de derechas, en lo privado y en lo público, en lo cotidiano y en lo que lo trasciende. Según las combinaciones serán oscuros, astutos, esquivos, pícaros, inquietantes, odiosos, conspirativos, interesantes.


Todos ellos son enemigos no declarados (porque declararlo sería mostrar el juego y eso no es de buen jugador) de los espontáneos, los intempestivos, los irreverentes, los indiscretos, los desmedidos.
Los jugadores de ajedrez son premeditados, por eso corren con ventaja, por eso nos sorprenden, nos ganan, nos engañan o nos enamoran. Ellos saben lo que a veces olvidamos quienes no jugamos, que estamos en un tablero y que se vale adelantar las jugadas, dominar el escenario, prevenir, premeditar, saber cuándo es el mejor momento para estar, para parecer, para semejar o para desaparecer. Los que nos olvidamos sólo nos sorprendemos de vernos a veces piezas y otras veces no.


Ajedrez [Jorge Luis Borges]

I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

14 mayo 2010

Experimento sociopsicológico

Estos mundos virtuales proponen alternativas extrañas al ritmo de lo cotidiano. La propiedad de lo virtual es que uno puede pararlo, demorarlo, rebobinarlo. Lo real acontece, el tiempo transcurre siempre del mismo modo, de lunes a viernes de un modo, distinto del sábado distinto del domingo. Los mundos virtuales proponen alternativas, un blog, sus comentarios, la intención de matarlo o dejarlo morir, si las hubiera, vaya originalidad.
Un amigo me decía que un blog no se mata, que en todo caso se lo deja un tiempito y se ve... puede ser que así sea, lo cierto es que -supongo que a todos nos pasa- en determinado momento nos preguntamos "y esto pa que" o algo por el estilo.

Y pensaba entonces que un interesante experimento sociopsicológico (o psicosociologíco, bah. O mejor debería decir: sociomercaditopsicológico. Eso) podría ser el de retomar borradores, post empezados y abandonados desde hoy hasta el 22 de agosto del 2008, donde tengo el primer borrador que nunca subí, de atrás para adelante.

[No sé cómo la gente escribe en sus blogs, qué "sistema" tiene, qué pretensiones, qué objetivos. Creo que salvo algún comentario al paso, nunca conversé con nadie acerca de cómo escribe sus entradas, me encantaría saberlo: si se le ocurre una idea y la vuelca en un post directamente, si escribe pensando mucho, reflexionando. Si se manda de un tirón, escrito, lectura, corrección y a publicar. Si duda, se lee, se corrige, vuelve a subir. Si programa sus entradas. Si le interesa mucho el lector o escribe más para sí, si quiere transmitir y socializar ideas o sólo descargarse. Si todo eso. Yo por mi parte escribí mucho en borrador (acabo de enterarme de que además, soy una  procastinadora, como si los otros pecados mortales que cargo me dejaran alguna posibilidad de salvación). He juntado decenas de borradores, cosas que me interesaron un poco y después no, o cosas que me interesaron mucho pero no tenía ni idea de cómo contar, o estados de ánimo encontrados, o abandonados por falta de tiempo y cansancio o porque encontré mejores cosas que hacer. O porque la oportunidad había pasado, o porque me dio fiaca, o porque justo algún amigo publicó algo mucho mejor sobre eso. O porque cambié diametralmente de opinión al respecto. O porque pensaba que nunca podría escribir algo coherente o interesante sobre ese tema. O por otros motivos que no vienen al caso].

Será una forma de volver sobre mis pasos. Volver de hoy hacia aquél lejano 2008 recuperando (en la medida en que pueda, en que me guste, en que no me avergüence, pero siempre al menos mencionándolos), aquellos borradores, aquél contexto. De a uno y de a poquito intentaré completarlos o decir algo sobre ellos. Recordar la idea, retomarlos o al menos destruirlos a conciencia, no como ejercicio ególatra sino todo lo contrario, y más bien con intención curiosa. Mi mirada actual acontecerá simultáneamente  Otros contextos políticos, otras circunstancias personales, otras combinaciones de unas cosas y otras.
Y las gentes y sus irrupciones.

y quién sabe el menjunje que resulte, qué se yo. Capaz que está bueno. O capaz que es un embole. Entonces será preferible -seguramente sabremos cuándo- un buen golpe de gracia (pero no trágico sino más bien constructivo: como decía Bakunin, la pasión por la destrucción es una alegría creadora).

Y dedicado a los amigos de otras épocas y de las nuevas, una canción que supo ser un himno de estos breves presentes (no estos míos, sino de nuestros pequeños mundos y entornos), de aquellos mundos posibles, que hoy ya no son.


(Cantaba Alejandro del Prado un hermoso poema de Raúl González Tuñón)

Legal, seguro y gratuito

Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo

El presente proyecto fue presentado en la Cámara de Diputados/as por las organizaciones integrantes de la "Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito" el 16 de marzo de 2010. Es objetivo de los/as firmantes que el mismo adquiera estado parlamentario para darle tratamiento junto con las demás iniciativas referidas a esta temática.

Artículo 1º: Toda mujer tiene derecho a decidir la interrupción voluntaria de su embarazo durante las primeras doce semanas del proceso gestacional.

Artículo 2º: Toda mujer tiene derecho a acceder a la realización de la práctica del aborto en los servicios del sistema de salud, en las condiciones que determina la presente ley.

Artículo 3º: Fuera del plazo establecido en el art 1º toda mujer tiene derecho a decidir la interrupción del embarazo en los siguientes casos:

a) Si el embarazo fuera producto de una violación, acreditada con denuncia judicial o policial o formulada en un servicio de salud.

b) Si estuviera en riesgo la salud o la vida de la mujer.

c) Si existieran malformaciones fetales graves.

Artículo 4º: Previamente a la realización del aborto en los casos previstos en la presente ley, se requerirá el consentimiento informado de la mujer expresado por escrito.

Artículo 5º: Los servicios de salud del sistema público garantizarán el acceso gratuito a las prestaciones mencionadas en los arts. 1º y 3º y los de la seguridad social de salud y de los sistemas privados las incorporarán a sus coberturas en igualdad de condiciones con sus otras prestaciones.

Asimismo deberán garantizar en forma permanente las prestaciones enunciadas en la presente ley, incluyendo el personal de salud, instalaciones e insumos requeridos.

Artículo 6º: Aquellos médicos/as y demás personal de salud que manifiesten objeción de conciencia para intervenir en los actos médicos a que hace referencia esta ley, deberán hacerlo saber a las autoridades de los establecimientos a los que pertenezcan dentro del plazo de treinta días corridos contados a partir de la promulgación de la presente ley. Quienes ingresen posteriormente podrán manifestar su objeción de conciencia en el momento en que comiencen a prestar servicio. Los/as profesionales que no hayan expresado objeción en los términos establecidos no podrán negarse a efectuar las intervenciones. En todos los casos la autoridad responsable del servicio de salud deberá garantizar la realización de la práctica.

Artículo 7º: Las prácticas profesionales establecidas en la presente ley se efectivizarán sin ninguna autorización judicial previa.

Artículo 8º: En caso de que la interrupción del embarazo deba practicarse a una mujer de menos de catorce años se requerirá el asentimiento de al menos uno de sus representantes legales, o en su ausencia o inexistencia de su guardador de hecho. En todos los casos la niña deberá ser oída y frente a cualquier otro interés se considerará primordial la satisfacción del interés superior de la niña en el pleno goce de sus derechos y garantías consagrados en la Convención Internacional de los Derechos del Niño (Ley 23.849).

Artículo 9º: Si se tratara de una mujer declarada incapaz en juicio se requerirá el consentimiento informado de su representante legal.

Artículo 10º: Derogase el Art. 85 inc. 2 del Código Penal de la Nación.

Artículo 11º: Deróganse los Arts. 86 y 88 del Código Penal de la Nación.

Artículo 12º: De forma.

Firmantes: Juliana Di Tullio (FPV), María luisa Storani (UCR), Miguel Barrios (PS), Cecilia Merchan (Libres del SUR), Marcela Rodríguez (CC), Héctor Álvaro (FPV), Adela Segarra (FPV), (SI)lvia Storni (UCR), Nélida Belois (Proy. progre(SI)sta), Claudio Lozano (SUR), Fabián Peralta (GEN), Verónica Benas (SI), Fernanda Gil Lozano (CC), Lisandro Viale (PS), Mónica Fein (PS), Alicia Ciciliani (PS), Liliana Parada (SUR), María Josefa Areta (Frente de todos), Adriana Puiggrós (FPV), Néstor Hugo Castañón (UCR), Horacio Alcuaz (GEN), Victoria Donda Pérez (Libres del SUR), Gerardo Milman (GEN), Silvana Giudici (UCR), Fernanda Reyes (CC), Hector Recalde (FPV), Martín Sabatella (NEPyS), Vilma Ibarra (NEPyS), Carlos Heller (NEPyS), Ricardo Cu(CC)ovillo (PS), Roy Cortina (PS), Jorge Rivas (NEPyS), Ariel Basteiro (NEPyS), Adriana García (Peronismo federal), Lorena Rossi (Peronismo federal), Laura Alonso (PRO), Remo Carlota (FPV), Hector Perié (FPV), María Elena Chieno (FPV), Graciela Iturraspe (Sur), Carlos M. Comi (CC).


PROYECTO DE LEY
Iniciado: Diputados Expediente: 0998-D-2010. Publicado en: Trámite Parlamentario nº 15 Fecha: 16/03/2010

SI APOYÁS QUE ESTE PROYECTO SE TRATE Y APRUEBE EN EL CONGRESO DE LA NACIÓN DEJANOS TU FIRMA

(HACÉ CLICK AQUÍ)

05 mayo 2010

Interpretaciones erradas

O porque escuchás mal, o porque querés haber escuchado otra cosa, porque te equivocaste de percepción o supusiste que una cosa era otra, y motivos de ese estilo que generalmente terminan en desconcierto. La vida misma está hecha de malinterpretaciones, avances a tropezones, errores, confusiones. Y se vive.

I
Los aviones me dan pánico. En el aeropuerto de Sao Paulo nos bajaron de un avión porque “había algún problema técnico”. Eso y decirme que el avión tenía grandes posibilidades de caerse era para mí más o menos lo mismo. Media hora más tarde nos llamaban por los altoparlantes a los pasajeros del vuelo nosecuánto nosecuánto  para que volviéramos a subir…. al mismo avión. Este diálogo entre el flaco y yo se dio a continuación.
—Yo no me subo
—no seas boluda, no pasa nada
—no, ¿escuchaste? Es el mismo avión
—no seas boluda.
Altoparlantes, en portugués (fonéticamente hablando, digamos): Pasajeros del vuelo xxxx favor de abordar por la puerta xxx. Y agregó, con un tono para mí bastante violento: “vayan abordando el avión,  en primer lugar los pasajeros con problemas de locomoción o que estuvieran con crianzas”.
Y yo, aterrada: —¿¿¿Escuchaste lo que dijo??? ¿¿¿Escuchaste lo que dijo??? Dijo clarito: El avión está con problemas de locomoción, pero tengan confianza.

II
El colectivo venía más o menos lleno, yo medio dormida volviendo del laburo, subí, saqué boleto y me fui para atrás. Me fui dirigiendo a paso resuelto hasta donde parecía haber un espacio, entre un caño para agarrarse y un señor. Me acomodé y me agarré del caño, al lado del tipo. Unas cuadras más tarde, al frenar el colectivo de golpe, me di cuenta de que ese caño no estaba amurado a ningún piso de ningún bondi, sino que el señor de al  lado, quizás plomero él, lo llevaba en su mano.

III
—Perdoname ¿Sos Gra? La voz desde el asiento de atrás, en el 141, me hablaba a mí. Me dí vuelta, el tipo estaba muy bien pero no tenía ni idea de quién era. “¿no te acordás de mí”? siguió. “¿vos sos….?”, tenté, esperando con éxito que me diera más datos. —¿Te acordás? Nos conocimos en tal lugar, vos viniste a casa, justo llegaron mis viejos…
—Aaah, sí, que me sacaste las sandalias y me empezaste a besar los pies!!
—¿qué?

IV
Nos habíamos ido de vacaciones con un grupete. Horacio, Elsa y la cordobesa dormían generalmente en el mismo gran ambiente en aquellas cabañitas de Aguas Dulces. Una mañana Horacio —siempre el último él, siempre en cuero ostentando una importante panza— llega preguntando:
—¿Quién es que me tapa los pies durante la noche? Alguna de ustedes me tapa los pies…
Y la cordobesa, con ese tono exquisito, comienza a explicarse.
—Yo, yo te tapo, porque cuando te veo dormir a la noche, con los pies destapados, te miro y pienso: “este ser…, este ser….”
Todos nos quedamos un instante bastante duros, porque el gordo Horacio distaba de ser un “ser angelical” o un “ser adorabe”, y ya había empezado él a enternecerse hasta que Celina terminó su frase:
—¡Este cerdo hijo de puta, con esa busarda, roncando, y con ESAS PATAS AL AIRE! Y te tapo.