18 julio 2011

Cosas que pasan en un viaje II

-Ochocientos diez pesos, -dijo ella. -Por si no te acordás, te dí ochocientos diez pesos.
-No tenemos que hablar de esto ahora. Pero no.
-Yo sí tengo que hablar de esto ahora. ¿Cómo que no? ¿Cuánto te dí?
-¿Si no qué? ¿Se acaba el mundo si no hablamos de esto ahora? Quinientos me diste. Quinientos diez.
-Sí. MI mundo se acaba si no hablamos de esto ahora. Está bien, ahora me estás robando.

Discutían así, dos cosas simultáneamente, como si tuvieran cierta práctica. La línea E del subte suele ser muy ruidosa, pero quedé frente a ellos cuando las puertas se cerraron. Era imposible no escuchar. O moverse.

Sus frases eran breves, de una ira contenida quizás por mi presencia involuntaria. Rondarían los cuarenta, pero ése y otros detalles los fui viendo después. Otros los fui inventando por diversión o gajes del oficio, por ejemplo que ellos no suelen tomar el subte a menudo, o que no viven juntos. Clasemediaporteñapropietaria. Ufff.

Antes de todo eso lo que sentí fue la voz de dos personas, hombre y mujer, que discutían en voz baja.

-Acordate, te di ochocientos diez del piloto que le regalamos a tu papá.
-No voy a discutir esto ahora. Y no fueron ochocientos diez.

No debe haber sido, o capaz que sí y yo estaba justo ahí, yo sentí como una cosa física. Quizás sea cierto lo de la vibra, lo de las ondas, sentí como si un impulso eléctrico los atravesara. O quizás los sentimientos cuando son muy profundos se hacen carne. Estas últimas frases las dijeron entre dientes, con una rabia intensa como pocas veces presencié.

-Entonces ¿sabés qué?, -dijo ella furiosa, y abrió su cartera. Tuve que apartarme un poco.
-Tomá, -le dijo, y le puso unos billetes en la mano, -ahí tenés entonces.

Tanta violencia en tan poco espacio, con tan poca libertad de movimiento, sin posibilidad alguna de gritar.

En La Plata se bajó bastante gente. Su ropa era fina, pude ver.


Él le tomó la mano, le apretó la muñeca.
-Guardate esto ya.
-No, si te lo debo, tomalo, -y le metió la mano con los billetes en el bolsillo del piloto. Lindo piloto, tenía.


Apartó la mano de ella con los billetes. Se había puesto feo en serio. A mí me hubiera gustado ver los billetes desparramándose alegremente frente a la mirada atónita de todos, pero no. Ella los tenía bien agarrados. Y en un gesto altanero soltó su mano, abrió su cartera, su billetera, colocó los billetes y cerró todo, de una manera tan brillantemente sincronizada que apenas terminó, las puertas se abrieron y ella salió, diciendo:
-No nos debemos nada.

La escena fue patética. Pero qué salida.

13 julio 2011

Impresiones secundarias

A la (ex) enana, que preguntaba 

Durante 13 años, entre mis 26 y mis 39, di clases en colegios secundarios. Alguna reminiscencia estoy empezando a tener, ahora que esta hija va abrazando inevitablemente la adolescencia, y me acordé (le contaba) de algunas mesas de examen que integré.
Solían ser de disciplinas afines, sociales, pero también podían tocarte otras.

Las que recuerdo como más divertidas siempre fueron las de francés, pero es irreproducible por acá. Yo siempre tenía que hacer malabarismos para no estallar en carcajadas cuando los pibes más vagos tenían que pronunciar "fgreeeeeeere" como ella, "poniendo la boquita así" y emitiendo sólo sonidos guturales.
De otras más fáciles de contar, recuerdo:

I
De Historia, 3º año (moderna y contemporánea)
Profesora: -Mencione una de las reformas de los Borbones
Alumna (piensa largo rato): -¡el ferrocarril Buenos Aires-Madrid!

II
De Química, 4º
Profesora: -Dígame la composición química de la madera
Alumna: -Esteeee.... bueno.... eeeee.... está la sustaaaancia....
Profesora: -¿Síiiii? Siga, siga
Alumna: -esteeee que tiene carboooono.... hidro esteeee nitro.... hidrógeno
Profesora: -Siiiii´? Qué más? ¿Cuál es la sustancia principal?
Alumna: -eeeee..... esteeeee
Profesora: -Ce- lu.....
Alumna: -¡¡¡¡¡Celulitis!!!!

III
De Geografía, 3º
Profesor: -Y dígame... ¿por qué la corriente oceánica del Golfo es cálida?
Alumno: -eeeeee.... esteeeee... eeeeee....
Profesor: Piense, piense
Alumno: -eeee.... esteeee....(piensa, cierra los ojos)
Profesor: -Vamos, razone.
Alumno: -¡¡Porque los peces nadan más rápido!!
Nos quedamos un segundo los tres profes pasmados, y el de geografía:
-Ah, claaaaaaro. ¡¡Por fricción, dice usted!!

10 julio 2011

Humanum est

Los sociólogos denserio y los de mercadito decimos que no hay nada natural en los seres humanos, o lo que es más o menos lo mismo, que todo lo humano es natural, porque es la propia naturaleza humana la que puede producir los más variados efectos, conductas, relaciones, realizaciones, contextos (escribo mientras compro tierra para mis plantas por mercadolibre. De la naturaleza a su mesa).

[de viaje con la mochila, de nuevo, en el Sur, cuando éramos jóvenes, felices e indocumentados. Mandarse por caminitos, montaña arriba, en lugares casi vírgenes pegados a la Cordillera, y subir y subir y subir y subir, mientras escuchábamos cada vez más cerca la caída del agua. Y de pronto, la maravilla: la cascada sobre el lago turquesa, las piedras, las flores, el cielo de un azul intenso. Y cuando lo ví dije sin pensar (la especialidad del casa): "¡¡esto es tan lindo que parece artificial!!].

Las gentes somos de diversas maneras y nos relacionamos entre nosotros de diversas maneras, y eso podrá estar condicionado por el contexto y otras yerbas, pero no está predeterminado. El modo como encaramos las relaciones con los demás, podría (acá sólo hablo por los de mercadito) condicionar (darle forma) a la realidad social, e'cir, al mundo en el que vivimos cotidianamente. No es lo mismo (ni hay una determinación fijada para) establecer relaciones más democráticas y simétricas (en la familia, en el laburo) que relaciones autoritarias y jodidas, entre unas y otras todas las formas son posibles y nosotros y nuestras circunstancias somos los responsables de producirlas.

En todo caso, no hemos sido exitosos, los seres humanos, en esto de crear sociedades o colectivos muy democráticos, ni siquiera en establecer mejores relaciones entre nosotros ¿no? No lo hemos sido -no lo somos- los argentinos (no jodamos), no lo ha sido la izquierda (muchachos), las gentes de izquierda, nosotros (no jodamos, muchachos)...

Digo, no necesariamente tenés que llevarte para el orto con tu ex, maltratar a tu empleado o atosigar a tus hijos. No es algo que esté escrito en lado alguno que haya que ser celosos o que sea necesario castigar a tu hijo para que entienda. Ninguna corriente social nos lleva a ser machistas o histéricas, y no se trata de ninguna condición social ni cultural ni política ser un cretino o un manipulador. Habrá condicionamientos sociales, culturales, qué sé yo, hasta biológicos, pero en ningún lugar está escrito que haya que martirizar a nuestra pareja, ni se es muy hippie por tratar bien al prójimo, sea el prójimo que sea. 

Y sin embargo.
Y sin embargo, lo que es peor, entre gentes que dicen ser, pertenecer, empatizar, acercarse, coquetear, conocer o frecuentar cierto arco ideológico político cultural emotivo afectivo anal de las izquierdas.

¿A quién cargarle el fracaso? ¿A la caída del muro? ¿a la derrota de los setenta? ¿a la dictadura? ¿a los populismos? ¿a la condición humana? ¿al descenso de River?










¿Y hacernos cargo?