26 junio 2010

Si


Si hubiera justicia más allá que esa abstracta en nuestras cabezas, justicia real, vital, no justicia judicial, que de esa hay menos pero importa menos también,
si las palabras que inventamos alcanzaran para explicar algo de lo que nos pasa cuando nos pasa algo,
si fuera al menos posible un changüí, rebobinar un día y empezar de nuevo y no cruzar. O que tuviéramos siete vidas como dicen que tienen los gatos (y entonces nos reiríamos diciendo "ojo que te quedan seis, que a los 29 años está bastante bien perder tu primera vida pero no hay que descuidarse) o si fuera posible convertir, al revés de lo que es usual desear, una realidad en pesadilla y difuminarla lentamente entre la vigilia y el sueño, hasta amanacer felices y en calma,
si ese espacío no fuera hoy un vacío,
si la vida avisara antes de cometer un atropello o una canallada.

14 junio 2010

Historias de ficción, más o menos policiales, que pasaron denserio

El flaco se alquiló un depto bien grande en el Docke. Desde el balcón, a veces, se veía algún barco inmenso entrando en el Dock y parecía una alucinación. Mi viaje de su casa a Ciudad Universitaria era divino, por la costanera, con el 33. El día de la mudanza nos dimos cuenta de que no había luz y un vecino nos hizo una conexión promocional, gratis y para siempre, bienvenidos al Docke. Ahí mismo, ante otro problemita -donde dos patrulleros con sus licuadoritas encendidas pararon en la puerta de casa y tocaron el rimbre, mientras nosotros esperábamos en la esquina- cuando todo pasó y nosotros volvíamos a casa, se acercó otro vecino diciendo: "no sé ni me importa qué problemas tenés con la ley, pero te aviso que hace un rato estuvieron acá".

Las promociones de los años setenta de los liceos militares habían dado individuos extraños, adolescentes expulsados en su mayoría por insubordinaciones reiteradas (claro) y muchos de los cuales terminaron como fierreros militantes de organizaciones armadas, algunos, otros narcotraficantes, los que siguieron en su mayoría habrán terminado como milicos represores. Lo surtidos que somos. El Ricky militaba en el ERP desde los17 años, había sido compañero de liceo de Fer, que militaba en una orguita anarquista. En 1989 lo mataron en el robo en una pizzería en Banfield (él era el que robaba). Lo leímos en el diario.

Al Gusti -qué será de la vida del yourugua- lo agarraron guardándose cosillas en los bolsillos, en un Disco, ponele. Cuando el tipo de seguridad le dijo "acompáñeme", lo hizo sacar cada producto escondido en bolsillos internos y externos y le lanzó "lo dejás acá, lo pagás y te vas", a lo que el Gusti lo miró desafiante y le dijo: "¡Ah, no hermano, ahora me querés afanar vó a mí!".

Yo esperaba el colectivo en Flores, a mitad de cuadra en una madrugada helada. El patrullero paró al lado mío, bajó un policía, tocó el timbre del portero de un edificio que estaba tras de mí: "¿Quién es?", se escuchó después de un rato bastante largo. "La policía, señora". Dejé pasar el 126, mientras escuché la voz, incrédula: "¿¿¿Quién???" El uniformado miraba a su compañero sentado en el patrullero e intentaba otra vez. "La policía señora, queremos hablar con usted". El recuerdo de la cara del cana me alegró el resto del día, cuando la señora lanzó: "¿Pero por qué no te vas un poco a la reputísima madre que te parió"?

Como cada tanto, le robaron la cartera a Mariale. El policía que le tomaba declaración (porque sólo con la denuncia era posible llamar al remolque para llevarse el auto cuya llave.... bueno) escribió con dotes literarias: "observó, con sumo desagrado, que no estaba su cartera".

Todo el planterío de casa se había armado con gajitos prestados o "robados" de otros jardines, y todo el jardín estaba maravillosamente lindo. Que salir con un cuchillito a buscar más gajitos podía constituir una situación policial lo supe cuando Edu y el flaco contaron que la cana los paró -por portación de rostro- y cuando les vieron el cuchillo (ni Tramontina era) terminaron en el piso, brazos y piernas abiertas y demorados por averiguación de antecedentes.

06 junio 2010

Un todos




Bobby McFerrin: "no importa donde esté. Donde sea, todas las audiencias lo entienden"

02 junio 2010

gatitos

Vuelvo a mi experimento sin demasiada consistencia. Experimentar y no tener consistencia han sido dos antorchas en mi vida, que me han llevado a extraños caminos... 
En una de mis otras vidas, quizás la segunda de mi vida adulta (ésta me suena a la tercera... qué lo parió), estuve inmersa en el país de la educación y sus alrededores. Allí se hablaba de la "reflexión sobre la práctica", que los docentes debían tener. Más allá de la verborragia aplicada a la educación, y de un léxico que se transmite en los profesorados y magisterios absolutamente vacío de contenido y formando los terribles nuevos docentes del futuro (honrosas excepciones nos refutan a veces, graciadió no todo está perdido) está bueno eso de reflexionar sobre la práctica... de pensar sobre lo que se hace... quizás mantenga de aquella intención, la tibia idea de volver sobre aquello, sin dejar de ser esto nuevo...


Me había dado mucha risa (2 de mayo) cuando ví la versión tercermundista del gatito. Lo guardé pero no lo subí porque irrumpió mi superyo increpándome con un "yo me río de cada pelotudez"...