26 junio 2010

Si


Si hubiera justicia más allá que esa abstracta en nuestras cabezas, justicia real, vital, no justicia judicial, que de esa hay menos pero importa menos también,
si las palabras que inventamos alcanzaran para explicar algo de lo que nos pasa cuando nos pasa algo,
si fuera al menos posible un changüí, rebobinar un día y empezar de nuevo y no cruzar. O que tuviéramos siete vidas como dicen que tienen los gatos (y entonces nos reiríamos diciendo "ojo que te quedan seis, que a los 29 años está bastante bien perder tu primera vida pero no hay que descuidarse) o si fuera posible convertir, al revés de lo que es usual desear, una realidad en pesadilla y difuminarla lentamente entre la vigilia y el sueño, hasta amanacer felices y en calma,
si ese espacío no fuera hoy un vacío,
si la vida avisara antes de cometer un atropello o una canallada.

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