04 septiembre 2009

Idos

Permítaseme consolarme tontamente por el mal de muchos, de algunos por lo menos, porque yo tendré quintuplicado mi DNI por perder dos y lavar otros dos veces el susodicho (quizás algo atempera que seis años después haya encontrado uno de los perdidos o quizás lo empeora, ahora no quiero hablar de eso), o me habré caído dos veces seguiditas en la misma vereda, si suena estúpido habría que imaginarse cómo se vio, y una de las dos veces nada dignamente porque mi pollera se levantó a la altura de mi nuca. Ni zapatos nuevos, ni veredas mojadas. Puras distracción y torpeza.

Pero Marta por ejemplo, por más que le decimos y le decimos, siempre queda mal con el señor Ramos García y le dice -inevitablemente, le dice- Ramos Mejía. Y eso que se cuida. Ella se distrae con las palabras, más bien, y por ejemplo repite y una otra vez supositorios en lugar de diapositivas, en una reunión muy seria y solemne con gente importante. Seguía con mi cara impertérrita salvo por las lágrimas de risa que no pude reprimir, hasta que debí salir corriendo al baño. Hundir desesperada mi cara en las toallas del baño no evitó, estoy segura, que mi carcajada se escuchara.

Otro que se distrae con las palabras es Javi, que dice partido rojo cuando quiere referirse al colorado o indígenas en lugar de campesinos.

También consuela, en otro orden, Laurinha, que se toma un taxi con el teléfono inalámbrico en la mano como si fuera un celular, o sólo al entrar en diálogo telefónico con el tipo del servicio técnico del cable, se da cuenta de que no está bien llamar para reclamar indignada que carece de señal, cuando está colgada.

O Jorge, que no sólo se ponía medias de colores distintos sino zapatos de pares diferentes.

O el otro Jorge que dejó el auto estacionado en el supermercado, hizo las compras y se fue caminando con su bolsita tranquilamente a su casa, y al no ver el auto en la puerta desesperó y llamó a la policía denunciando el robo, y sólo se acordó cuando la policía le informó que habían encontrado su auto a cinco cuadras, en el estacionamiento del supermercado. Hay que tener cara de piedra para seguir sosteniendo la denuncia diciendo "qué raro, se lo llevaron para dejarlo allá, lo habrán usado para hacer las compras..."

O unos amigos de Ale que fueron bajando después de la cena todos por el ascensor mientras quedaba, solito y desamparado, el canastito del bebé. Con el bebé adentro.

Así que, viejo, recordemos eso de la paja y el ojo, este... cómo era? Bueno, que a cualquiera le puede pasar, che.

9 comentarios:

La candorosa dijo...

A todos, si...

Y lo peor es que intentar olvidar este tipo de traspiés, ¡¡es imposible!!, siempre hay alguno que fue testigo y nos sigue castigando con la cuestión!!jajaja

Saludazos!

G dijo...

Por ejemplo, Cando? jeje, bueno, no cuente, no cuente, si no quiere no cuente.

Javi dijo...

Tremendo relato! Igualmente sostengo que colorado o rojo son meras sutilezas cromáticas.
Lo suyo, al lado de lo del auto es casi nada.

Laura dijo...

soy un vedadero desastre, vivo en cualquiera, y no es rgullo, eh? hace un tiempito, subí a un taxi y le dije: Por favor, un Malboro box...
Por suerte ea un tachero gracioso, que me contestó que fumaba Paisiennes...

G dijo...

Javi, yo no quiero ser jodidita, pero si lo del partido rojo por colorado es una sutileza cromática, lo de índigena por campesino ¿qué tipo de "sutileza" vendría a ser? ¿ideológica? (eeemmmm... esteeee... ¡es con onda!)

Laura, es como yo digo... nos pasa a todos (es cierto que algunos nos pasa más que a otros) y yo sostengo que mal de muchos, es consuelo de algunos, por lo menos...

Elio Puntieri dijo...

Y digo yo... levantarse una noche oscura escuchando a su hijo de 2 meses llorar desconsolado... colocar al niñito en brazos y llevarlo a los hombros sin encender la luz... pasearlo por toda la casa para calmarlo... y finalmente tratar de palmearle la cola sólo para descubrir que donde debería estar la cola está la cabeza... ¿eso también califica en este caso?
Porque a un... ehhh... "amigo" le pasó eso.

G dijo...

Su amigo debería haberse dado cuenta cuando en lugar del "buaaaaaaaaa", el infante gritó "buua-aaa-aa-aaa", como un indígena posta, no de los de Javi...

Pablo Libre dijo...

Una vez, estaba subiendo al colectivo que me llevaba de BA a mi pueblo, y cuando subo creí haber olvidado mi guitarra en los asientos de Retiro.
Bajé desesperado, gritando, todos se dieron vuelta...y la guitarra estaba colgada en mi espalda.

Igual, Retiro por lo general saca lo peor de mí, entre la angustia por saber que voy a estar 9 horas sin poder fumar y el temor lógico de tener todas tus cosas en un bolso al alcance de cualquiera, me produce esa reacciones.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Ay, ay, llego tarde, pero es porque nací ida, ida total.

Sirva como presentación decir que he salido a la calle empuñando en la mano la chabomba sucia que me acababa de cambiar ...

o que mi naturaleza de ida, sumada a mi miopía, hizo que una noche parara un mionca de Manliba en lugar del bondi ...

o que en un estacionamiento me bajara a asegurarme de que no había tocado un foquito al subir la sexta rampa y el auto se me fuera, sin freno de mano, se me fuera, se me fuera ...

o haber salido del shopping Abasto y como la calle estaba al palo manejar hasta la esquina por la vereda ...

o pasar por el encima de la base del Monumento a los Españoles en la curvita de Libertador ...

tengo más, pero mejor no sigo.

Leí este bar en diagonal y encontré, entusiasmada, varias pasiones compartidas.

Un abrazo (de ida, sí, hasta vos).