28 septiembre 2009

Andar por blogs

a veces es como andar por bares, cuando parece que hasta humea el café entre la pantalla y una, y es como leve, grato, cómodo.
A veces se hace odioso, como si un olor feo en el bondi nos obligara a elegir entre soportarlo o irnos. Seguimos. Yo sigo, hasta la parada, sigo. Frunciendo la nariz, pero estoica hasta llegar a destino. Puteando al bajar, cuando amerita.
O romántico, amoroso, caliente, o todas las variantes de la sensualidad. Como en la vida misma, salvo algunas cuestiones.
O que nos dan envidia. O me conmueven.
O una criaturita propia, feúcha, contrahecha, a la que no estaría mal matar, nada mal. Probar el desamor como un ataque al ego.
O pensar que no es nada y quedárselo, tal vez como un medio hacia ningún designio.

Y tratar de seguir de bar en bar, entre olores y muertes y algunas carcajadas.


3 comentarios:

PÁJARO DE CHINA dijo...

Sí, es exactamente así. Así.

Acabo de presentarme (bochornosamente, por cierto, en la entrada anterior).

Volveré a sentarme en una mesa de este bar.

Besos con aroma a chocolate con churros (de La Giralda).

Horacio Gris dijo...

Pero si uno lee desde google reader o bloglines se esteriliza un poco lo que tenga rss. Imagino que es algo de la época.

saludos

G dijo...

Excelente entrada, la suya, bien al caso del post. Güélcam.

Horacio, es cierto que filtrás un poco, de cualquier modo hay veces que se me da por leer todo, y lo que venga eh?