Sancho Panza: Yo cristiano viejo soy, y para ser Conde esto me basta.
Don Quijote: Y aún te sobra
[Cervantes, Don Quijote de la Mancha, I, 21]
Se discute la hegemonía de un discurso social. Con argumentos científicos, dogmáticos, legales, la posición respecto de la ley de matrimonio universal revela, de nuevo, una discusión ideológica (el conflicto del campo, que terminó produciendo una disputa ideológica, surgió de un conflicto económico -y de poderes, también) y una lucha por mantener posiciones.
En esta, todavía más, se discute ideología, entre otras cosas porque ningún perjuicio material podría producirle a nadie la aprobación de una ley que amplía los derechos de los ciudadanos (ni siquiera se trata de un juego de fojas cero, donde si yo te doy a vos es porque le estoy sacando a otros).
Más allá de los efectos de esta ley, de si es o no es lo importante ahora, de si primero hay que regular para agilizar los procesos de adopción, etcétera, es interesante (por lo menos no me van a decir que no es divertida, posta) la discusión "pública".
La Iglesia católica, y junto con ella los sectores más conservadores de la Sociedad (es así, muchachos, algunas cosas hay que escribirlas con mayúsculas) disputan una visión de mundo (diría el gran Antonito Grasmsci) al discurso secular, y se ponen a sí mismos como la reserva moral de la Argentina. La policía de la moral, los adalides (adalides es de las palabras que suenan raras después de decirla mucho) de las mayúsculas, Tradición y todo lo demás.
Y arrastran tras de sí no solamente al "público cautivo" de los colegios confesionales, cosa que no debería sorprender, sino a un público más amplio (que también viene a ser un público cautivo, no? porque se me hace que es un staff estable) que se siente identificado con estas demandas (y quién si no la Iglesia sería el más legítimo portador de su discurso) y aprovecha también para intercalar otros reclamos, o sea, doblan la apuesta. "No queremos más putos" podría haber sido un lema, más o menos como "sodoma=Argentina" como se veía en la foto del diario de hoy.
De las posturas ultramontanas, extemporáneas e interesadas de la Iglesia católica oficial y la troupe de los malos de Titanes en el Ring se sabe mucho en este ispa por nuestra tristemente célebre historia reciente. Sin embargo el descrédito en el que cayeron las Fuerzas Armadas tras el Proceso no lo sufrió la Iglesia como debía. Y ahí están, y sus feligreses, con diatribas al Satanás puto y a su hijo puto embanderados tras la curia que vocifera gusanos llamando a una guerra santa.
No es su último recurso, es el primero, eso es lo más loco.
Desde esa perspectiva tienen sentido el epíteto de "cruzada" moderna (que no medieval) para referirse al ansia de imposición de sus posturas conservadoras sobre una dimensión que, a todas luces, debería ser absolutamente independiente del poder confesional, que son los derechos de las personas que deben ser garantizados por el Estado. Debería ser, pero. No es fácil sacudirse la resaca de centurias, queremos, pero no tenemos, un Estado laico. La Iglesia católica ocupa un lugar relevante dentro de las estructuras de poder.
Parte de su legitimidad, es ideológica. Otra, claro, es económica. esos espacios los peleará con uñas y dientes. Porque esos espacios son espacios simbólicos, de poder y son también materiales.
Fotos de la iglesia en el centro de Colombia (Zona de La Candelaria). By Javi
(Ni hablar de que hay otras religiones. Pero en la Argentina hay libertad de un culto).
Por otra parte, las leyes que amplían los derechos de los ciudadanos suelen tener estos efectos. Más de uno (y una) se habrá escandalizado con la ley -tardía, por demás- de sufragio femenino (que antes, IGUAL, se llamaba universal ¿eh?, sólo para prestar atención a cuál es el "universo" al que se alude cuando se hace referencia a cuestiones "universales") y ni que hablar con la ley de divorcio. Las leyes -lenta, paulatinamente en este país- van respondiendo a los cambios sociales, mal que le pese al Cardenal Bergoglio.
Mientras tanto, Decenas de Familias Argentinas salen a las calles a manifestar por la Defensa de la Familia Argentina. Qué miedito.
7 comentarios:
Si juntas a vuestro cardenal con nuestro Rouco, verás el mismo discursos: el miedo a perder el poder que antes daba el confesonario. Nunca nadie ha hablado del valor de contarle a alguien los secretos más íntimos, pero ahí estaba.
Ahora se le paga a un psicólogo y no se ata uno para siempre...
Habrá ley de matrimonio homosexual, como hubo aquí, le pese a quien le pese.
Como bien dice María Jesús, el matrimonio homosexual ya está instalado en la agenda. Ya no hay quien lo saque de allí.
Es uno de los triunfos de la izquierda. Quizá deberíamos pensar que el comunismo no es una lucha y punto (perdida y agotada), sino la historia de un conjunto de luchas, que es otra forma de mirarlo.
Alguien debería escribir no sólo acerca de los totalitarismos de izquierda, sino acerca de todos los espacios de oxígeno que la izquierda le ha ido robando, a pesar de todo, al río mugriento del orden imperante de las cosas.
Bendita sea la comunidad gay, lesbiana y trans, que nos da cátedra. Y de cuyas bocas jamás saldrían declaraciones penosas y retrógradas de "sentido común" como las que vengo escuchando estas semanas.
Si el tema es la sexualidad, no sacarán las armas (aunque se hayan especializado en bendecir especialmente la encarnizada tortura de todos los que optaron por sexualidades "diferentes").
Ahora, si alguien se atreve a tocarles los negocios, ahí los quiero ver.
Quiero una auditoría de los negocios eclesiásticos argentinos, un juicio canónico y una expulsión a patadas de Von Wernich y, si es posible, un Estado laico con erradicación de todos estos espacios de reclutamiento de ovejas asustadas.
Viven de los rebaños atravesados por la represión y el miedo.
Pienso en tu hija, a salvo de todas estas cadenas al cuello.
Abrazo-arco-iris.
esta gente le teme al futuro y al la realidad, estan queriendo negar algo que ya existe, como si todas las familias tuvieran el mismo esquema de lo que yo llamo catenaccio familiar
Pues parece, María Jesús, que los hay por todas partes. No por nada el catolicismo ha sido una religión con tanto "éxito" (y un movimiento como comenta Pablo en el post anterior) que persiste de esta forma hasta hoy.
Habrá, claro, más tarde o más temprano.
Y no sé, Pájaro, realmente, si es mérito de la izquierda o de qué izquierda... que hay espacios, los hay, oxígeno, como decís. Y estos grupos han sido sus artífices.
Que esos avances son un proceso que no se termina, pienso igual. El determinismo fue uno de los problemas de la izquierda más dogmática.
Pienso que hay que resignificar el término izquierda, volver a llenarlo de un contenido emancipatorio, no "progresista", rescatar lo que tuvo de bueno, sus intelectuales, ciertas prácticas. Pero construir otras. Quizás, hacia allá se vaya.
Mi hija, como ella misma dice, es "un espíritu libre".
E ignorancia, también, Pichi. Lo que jode, como decimos, es que quieran encajarte el rosario. Y que no salgan en esas cruzadas cuando un cura abusa de un pibe, desde el Vaticano hasta Villa Fiorito. De esos pibes, ¿no defendemos los derechos?
Muy bueno. El poder, importantísimo no olvidar eso. Se juega el poder. Y la iglesia necesita manifestarse sólo para desplegar -o al menos intentar desplegar- su poderío sobre todo lo que pueda ir en contra de sus principios. Hay una cuota grande de arbitrariedad en el accionar católico, buscarle interpretaciones satánicas y homosexuales a los Teletubbies no se diferencia de esto más que en una cuestión de grado. TIENE que buscarle el pelo al huevo para manifestarse, es la única forma en que se corporiza, ejerciendo presión, llevando micros escolares de colegios privados al Congreso.
Tengo otras cosas para decir pero tengo que tranquilizarme antes, sería muy poco políticamente correcto soltarlas así nomás. En fin.
saludos!
Horacio, estoy de acuerdo. La Iglesia siempre se movió (la oficial, claro) disputando espacios de poder, y no es menor el tema. La ideología opera como factor legitimador.
Desenojate, y escribite algo. Festejemos primero, claro!!!
Saludos
Miren, creo que no hay necesidad de enojarse. Primero, porque la ley salió y segundo porque la Iglesia no podría haber sido más obvia, imbécil y piantavotos.
La Iglesia se ha tornado tan tan impresentable que fíjense en el discurso de Estenssoro - que me pareció perfecto, lo confieso- que como cristiana mostró su adhesión al proyecto.
Cada vez más cristianos quieren bucear en la esencia misma de sus convicciones y apartarse del club de pedófilos que gerencia la idea de Cristo.
Lo que ocurrió es un orgullo para todos.
Besos
Publicar un comentario