A Vera, que preguntaba. Y porque quién te dice algo de lo de ahora puede entenderse, también, mirando los ochentas (¿será por vergüenza que le damos poca bola? A mí me da también, pero no sería hora de bancárnosla?).
[es el pertenecer, es el ser en este breve presente el que me estremece, qué gentes, qué deberes, qué fe -qué fes, je. El creer que de ése presente es menester beber, que desde él se ve éste].
Pero el clima de época -yo creo que es necesario tenerlo en cuenta porque... cómo explicar si no todo los que nos compramos. Cómo una coyuntura determinada animada por un "estado de ánimo generalizado" (concepto elemental de la sociomercaditología) dio, por ejemplo, que hasta un año, en socio, ganara la Fede. Qué cosa, che.
[Rubén Garrido fue presidente del Centro de Estudiantes de Sociología en 1985, creo. Pobre. Digo, porque... qué época para los Pcs en general y para el argentino en particular. Una mañana en la facu apareció este graffitti: "de la crisis del marxismo, Rubén es la prueba más contundente". También me acuerdo de un "libertad a los acróbatas chinos", gastando a las consignas internacionalistas de los troscos, de algún grupete tipo Fife & Autogesión, los Vergara o algún sobreviviente de El Bolo Alimenticio].
La política universitaria (como siempre, por otra parte), reflejaba lo que la sociedad toda estaba atravesando: volver a la calle, salir del miedo, organizarse, reconstituirse, autogobernarse. La tradición del movimiento estudiantil en nuestro país fue siempre potente, y parecía imponerse de nuevo una gran movilización suspendida brutalmente en tiempos de dictadura.
La cosa es que había un clima que iba más allá de lo partidario. La chicana con los compañeros, la camaradería, nos matábamos leyendo y estudiando para poder argumentar. La interacción con los "setentistas" (antes no eran setentistas, antes sólo eran los compañeros más grandes y más experimentados) nos ofrecía la posilibidad de recuperar una voz acallada durante el terror. Algo grande se venía (eso parecía) y queríamos ser parte, discutir, interpelar, intervenir. Llegar al 83 en la adolescencia fue un privilegio, triste consuelo de una generación que cargó como legado con la derrota de los setentas y tuvo que ser parte a su vez de otra derrota.
Intervenir, venía diciendo. Pero además divertirnos. Organizábamos peñas con otras facultades, Ingeniería solía ser sede de las más divertidas, recuerdo, vaya uno a saber por qué, pero circulábamos por medicina, ciencias económicas y otras. Recuerdo también haber bajado esas interminables escaleras absolutamente borracha y no recordar más nada hasta el día siguiente. Competíamos para ver quién organizaba las peñas más divertidas, pero lo cierto es que atrás de la barra, desde donde vendíamos -e inevitablemente bebíamos- el vino (si ese quebracho podía llamarse vino), estábamos con los compañeros de la JUP (los mismos que cantaban, para chicanearnos a los más zurdos, "ni marxistas ni marxistas: ¡ni-mar-xistas!" parafraseando el célebre cántico peronista) e interactuábamos de buen grado con la Franja, la Fede y hasta los troscos.
Íbamos a escuchar a Markama gratis al hall central del Teatro San Martín y después de escuchar las canciones psicobolches (categoría fundamental del pensamiento social, político y cultural contemporáneo) les pedíamos que se toquen una salsita. No sabían salsa, los pibes.
Recuerdo que adentro de las agrupaciones votábamos a ver quién tenía los flacos que estaban más buenos. Más de uno/a -mirá vos- solía elegir su participación por eso y no era raro -estratagemas de la política- que mandaran a los/las más lindos/as a "captar" compañeros. Creo que lo importante era estar, ser parte de todo eso. Llegábamos a las marchas buscando nuestras banderas (CES, CEA, CEFyL, CEP) y nos alineábamos, arquitectura cantaba en el 83 "arquitectura, contra la dictadura" y veterinaria, más zurditos, pregonaba su "veterinaria por la reforma agraria". Nosotros, como éramos nacanpóp, cantábamos "sociología, contra la oligarquía". Todos aplaudíamos emocionados a las viejas cuando llegaban a la Plaza.
[El ingenio popular no descansa nunca, en cuanto a cantitos se trata, por estos lares: recuerdo que en el 87 Jorge Sábato fue nombrado Ministro de Educación y le cantábamos, con la música de "Otra vez en la vía", del recientemente fallecido Francis Smith: "queremos estudiar, Sábato. Abajo el Plan Austral, Sábato"].
Aproximándonos a los 90 la UPAU, órgano universitario de la UCEDÉ del chancho Alsogaray, fue ganando espacios cada vez más importantes en las facultades más tradicionales y las no tanto. Fue también indicio de hacia dónde se iba volcando la política y qué sectores comenzaban a retraerse (algunos, para no volver a emerger) y qué otros a ocupar lugares preeminentes.
Nunca más, que yo sepa, hubo fiestas como esas.
11 comentarios:
Envidio su historia.
En aquellos tiempos yo era delegado del centro de estudiantes del secundario, y sinceramente a las fiestas que organizábamos eran de lo más pacatas.
Creo que mi generación, que se volvía adolescente a mediados de los 80, justamente creo que apareció adolesciendo de iniciativa, de participación...
Supongo que la clave está en que lo que a ustedes les habían robado durante un tiempo... nosotros nunca lo habíamos tenido.
snif, snif....Te acordás de Makumagüela? MPA con Jacinto Piedra....y leer con tanta ansiedad...
Che, parezco vieja chota!
Un abrazo
Waitman, qué decirle... sus pro y sus contras, como verá. Estuvo bueno, no le voy a mentir (sobre todo la sensación de libertá de pensar, de intervenir, de cambiar: política, política, política (más sexo, drogas y rocanról). Pero también es cierto que ya fue, y le juro que no soy una nostálgica, pero bancarse a Menem y de la Rúa, después de aquello....
Laura: "Macumagüela", la nueva trova, los quila, Inti Illimani... jeje, qué psicobolche era yo en esa época. Por suerte se me pasó (y por suerte no del todo). Y lo de leer "ansiosamente", lo suscribo, y recuerdo que por eso lo único que nos quedaba bien claro era Mao!!!! (ay, la cuestión de las contradicciones antagónicas y no antagónicas... qué cosa)
El consuelo privilegiado de vivir el 83... El retrato me gusta por lo lleno de matices y cositas sobre las que seguir preguntando, cosas que efectivamente hoy no suelen mirarse nada nada.
Comparto la sensación: prima (aunque el espectáculo de la muerte de alfonso haya reavivado otros discursos) una especie de verguenza sobre estos años (lo siento así aunque personalmente no los haya vivido). Por eso está bueno mirarlos de frente, y me gusta hacerlo desde acá. En otros lados ni lo intentan, pero igual no verían nunca lo mismo, imagínense... tanta falsa gravedad... tanta frialdad.. tanta palabra docta. Y al final nos perdemos lo mejor.
Una sóla cosa, digo, sobre los noventa (mi época, vergonzante para muchos): hubo conflicto a patadas y también política. Y algunas novedades importantes. Claro que visto desde el hoy parece como un resistir que no podía (quizás exceptuando justo el movimiento universitario, que en alguna medida lo logró, aún con su fea política). Pero ese es tema para otro post.
Muy bueno!!!
Tenés razón, Verinha, suscribo todo. Lo de que hay que mirar esos años de frente (te juro que me quedó picando lo de la vergüenza... lo dejaré para otro post, me parece, porque también me hago miles de preguntas).
Y lo de los noventa también: ciertísimo que hubo conflictos (y muchos, y además con nuevos actores sociales) y, claro, como siempre, la política. Quizás habría que pensar (colectivamente, habría que pensarlo) que la diferencia eran las luchas, su objetivo?
Me dejaste pensando, che... es para seguirla (lo cual me plantea también -pero así soy, qué hacerle- si esto es un medio válido o no para discutir, intercambiar, aprender. La otra vez con un post de Laura -la vieja chota de arriba, jejee- en su blog pastero (por los vermicellis) se dio una discusión super interesante. Me hubiera encantado seguirla, pero mi semana de trabajo fue voraz, atroz, feroz y no tuve ni vida privada. Y en estos medios, en general y hasta donde conozco, que no es mucho, se "postea" lo último y lo anterior queda viejo...)
Cuántos temas, che... celebro que te pases por estos breves presentes.
Estos informes hacen que a uno le resulte más fácil dejar la cotidaneidad y la manipulación de la información mediática. Y además hace que admire más a la gente que leo y que suele leerme.
Gra, volví a blogspot, el otro blog se me complicaba.
Beso
Igual es nada, che, para lo que hay enfrente.... pero pensaba que entre unos pocos, aprovechar esto que te ofrece la tecnología para -al menos- tratar de guardar algunas memorias "subalternas". Es poco, pero es algo.
Pero gracias, y me alegro que sigas con Apuntes (el otro me gusta mucho, también, eh?)
Ja . Buena pintura de época.
Y es cierto en parte esto de que los blogs sirven para guardar las memorias subalternas. O la contramemoria.
Es cierto, Canilla, por retazos, de a pedacitos y tiradas por ahí para quien quiera leerlas, quizás cabría preguntarse qué construyen, pero ese es otro largo tema...
Saludos!
No sé quién leerá esto ahora...pero las fiestas de Ingeniería eran TAN buenas por que organizamos clericot libre en la terraza de la facu...organizado por "La Chacotona", comisión de segundo año...a la cual obviamente pertenecí !!!!
Y ahora vamos por más...somos graduados... integramos listas....
ganamos...
Lo que viene !!!
Alexa, esto no lo lee nadie ahora (bah, vos y váyaseasaber cómo llegaste, je).
Las de ingeniera, hasta donde recuerdo, eran efectivamente las mejores (y hasta donde recuerdo suelen ser las primeras dos horas de fiesta).
Envidio tu entusiasmo actual, che. HOnestamente.
Saludos!
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