07 abril 2009

Míos

Miedos vulgares, a la muerte, al ridículo, a no llegar a fin de mes.

O cotidianos de no saber resolver, de no animarme a decir, de perder la oportunidad.

Miedos que se sienten en el cuerpo, que me atraviesan como un fantasma, que me quiebran un segundo. Se vuelve de ellos cuando la pregunta se responde satisfactoriamente -los miedos se expresan en forma de pregunta: "¿qué fue ese ruido"?; "¿qué tengo?"; "¿borré la cola de mails?" "¿cuándo me tenía que venir"?- y se dice (bellamente, se dice) "el alma me volvió al cuerpo". Clarita, un carajo, sí, faltan como diez días, qué boluda.
Almitas que vuelven y alivian ese miedo intempestivo, infundado, espontáneo. Casi un susto.


(Clarita)


Un susto sin embargo es más intenso. Y más corto, como cuando el doberman tras la reja. Ningún susto más corto y más intenso y más negro. Y más mandíbulas, y dientes blancos y nubes de su aliento tibio sobre mi cara aterrada. Qué perro hijo de puta.
O que casi me pisen con la bici.
O que al volver esté la policía en la puerta de casa.

Cagazo, de otra forma, frente a un examen [llegando tarde siempre que iba a rendir con Carlitos, cada vez haciéndome bajar del 107 (Flores - Ciudad Universitaria), en cualquier lugar para buscar un baño].
Cagazo cuando una entrevista de laburo o de hablar ante gente. O cuando me llaman por teléfono desde el colegio de la enana.

Miedito, en cambio, de elegir mal. De entender mal las cosas, de que se malinterprete. De joder sin desearlo. Miedito de sufrir, de envejecer. De algunas cosas que siento.

Espanto el que nos une. Simple espanto.

Y a los aviones, carajo, si voy dentro, son todos esos miedos (y todos juntos).

2 comentarios:

Elio Puntieri dijo...

Muy lindo posteo. Leerla es revitalizante.

Sumo el miedo a las cucarachas... y un pánico atroz al dentista.

En general, desconfío de la gente que no le tiene algo de miedo a los aviones. No creo que sea gente normal.
Deben ser dentistas.

G dijo...

Pues se agradece, Waitman... Cucarachas... qué decirle. Más bien asquito. Y el dentista, si el infierno existiera él debe ser la personificación misma del demonio. Los aviones son MI infierno personal, particular. Eso y cientos de personas que me repiten "¿¿¿¿En serio le tenés miedo a los aviones???? Pero dejate de jodeeeeeer..."