22 mayo 2011

Comentarios desatinados

Si las torpezas se midieran en términos de la vergüenza que dan, la de hacer comentarios desatinados debería estar en uno de los primeros lugares, al menos para mí, que tengo varios otros problemas conmigo.
Siempre admiré a la gente que reflexiona antes de hablar, que se toma su tiempo, hace una pausa y después interviene con calma, seguridad, sabiendo lo que dice. Odio reconocer que no es mi caso . Me digo y me repito una y otra vez que debería ser más cauta y más calmada, me reto: "callate la boca", "pensá antes de hablar" y cosas de ese estilo, inútilmente: una y otra vez vuelvo a largar las cosas sin pensar, a decir lo primero que mis neuronas elaboran.
Desde chica, tengo recuerdos de haber sido involuntariamente impertinente, tengo una larga e ininterrumpida carrera en el decir de zandeces que me avergonzaron -la mayoría de las veces casi instantáneamente, hasta incluso antes de terminar de decirlas- y frecuentemente avergonzaron o enojaron a mi interlocutor, logrando que -si hasta ese momento venía pasando inadvertida- todas las miradas se posaran sobre mí.

I
Cursando mi quinto grado de primaria, la odiosa señorita Sofía resolvió mal un cálculo en el pizarrón y cuando le marcamos que había un error dijo: "-yo sabía que estaba mal, lo que pasa es que me hago la tonta", agregué, sin siquiera pensarlo: "-se hace lo que es".

II
Casi un año sin cruzarme con Alberto, un cumpa de facultad, viendo que le había crecido notoriamente la panza, se la palmeo diciéndole "-¿qué hacés, che? mirá cómo estás, ¿vos siempre cogiendo abajo, no?"

III
-¿Qué están, repartiendo droga? -les grité en el pasillo de la facultad a dos compañeros, que en ese momento se "transferían" un porrito.

IV
La novia de un amigo que conocíamos ese día, comentó que ella leía casi exclusivamente en el baño. Yo creo que ni la dejé terminar y largué: "-pero entonces, o cagás mucho o leés poco..."

V
-Yo uso 90 de corpiño, -dijo Blanca, la pareja de otro amigo.
-Pero después de hacerte las tetas ¿no? (dios!)




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7 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Vas por el mundo haciendo amigos, Gra.

Horacio Gris dijo...

JAJAJA

La última es genial.

saludos!

G dijo...

Sí, María Jesús, la gente me adora...

Reíte, Horacio... yo quería desaparecer!

Laura dijo...

mencanta! la incontinencia verbal es uno de los más preciados y cultivados defectos de varias amigas (incluyéndome) y pasa el tiempo, y los años, y no aprendemos, eh? Por qué no sentirse orgullosas, entonces!

G dijo...

Vo decí, Laura? convertir el defecto en virtú?? excelente estrategia, podemos formar un club, incluso...

Anónimo dijo...

Nunca se te dió por la carrera diplomática, mamita?

G dijo...

Viste, por eso me metí en esto de la sociología de mercadito, el que nace para pito...