-Déle, Domingo. No sea amarrete y vamo´ y vamo´con el plavicon del techo. Si le pago tan bien el alquiler, no tiene una queja, le cuido la casa. No sea tan miserable, Domingo, si está podrido en guita.
-Saludá, pelotudo. Me ves cada día de tu vida y no te dignás ni a un buen día, ¿qué te pasa, imbécil? ¿sos servicio? ¿bombero? ¿quién te patrocina, infeliz?
-Che, estamos en una oficina, no en tu casa. Cuando no puedas evitar ir a cagar (pero si podés evitalo, por favor), no te vayas con el diario abajo del brazo, no seas hijo de puta. Y, por favor: no te convertís en puto si tirás desodorante de ambientes.
-Dígame, hermana: ¿no se muere por un polvazo?
-Hacé algo con tu neura, por favor. Cogé, tomate un valium. Algo.
-Tratá de mirarme a la cara cuando hablamos. O a otro lado, pero por favor, mis tetas no van a contestarte.
-Desmaquillate un poco, linda. Más todavía si estás crecidita.
-Desmaquillate un poco, linda. Más todavía si estás crecidita.
-Sí, la concha de tu hermana. Estoy de mal humor ¿algún problema?
-¿Ese olor raro? Marihuana ¿por?
-Destrabate, gil. Tenés cara de estúpido ¿no te alcanza con eso?
-Las cosas que te haría, ni en tu imaginación...
-El polvo fue horrible, pero me encantó la charla. ¿Te jode seguir viéndonos y sólo conversar?
-No es que no me gusta el mate, es que tenés mal aliento.
Pero como soy tan civilizada...
6 comentarios:
Año 2001:
"¿Querés pasarles por arriba a los piqueteros del Puente Pueyrredón con tu 4x4, gordo?... Si nadie que hable con vos un minuto entiende cómo no estás de ese lado"
Y no... era jefe mío. No se lo dije.
Me mató la del mate. Tengo un compañero de trabajo al que siempre se saltea la ronda, porque tiene todos los dientes podridos.
Tremendo lo de su jefe. Y lo de su compañero, no entendí: ¿él se saltea la ronda (y entonces, ¡qué delicadeza!) o ustedes, malditos, lo excluyen de ella?
No... debo confesar que soy yo quien lo saltea de la ronda.
Sí sí sí... merezco ir al infierno, pero si usted lo viera al fulano, me comprendería.
A propósito, estaba pensando en agregarla a mis links, especialmente para facilitar mi visita cotidiana. Pero antes quiero pedirle permiso, no sea que se llene su blog de mis indeseables amistades.
¿Me permite?
Hacerle a alguien la vida más fácil no se le debe negar a nadie, mire vea...
Haré lo propio, entonces.
"-Sí, la concha de tu hermana. Estoy de mal humor ¿algún problema?" Le agregaría "Y no, no estoy con la regla, estúpido!" Puede ser que cualquier raye nuestro sea siempre atribuíble a la regla o a la falta de cama?
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